Lanzarote en 4 días (Parte 1 de 4)

Día 1: Viaje en avión y llegada a Playa Honda

Día 2: Mercado de Teguise, Ruta escénica, Yaiza, Salinas y Playa de Janubio, Charco de los Clicos, Hervideros, El Golfo

Día 3: Timanfaya, Mirador del río, Cueva de los verdes, Jameos del Agua y Haría

Dia 4: Caleta de Famara, quesería El Faro y Playa del Papagayo

Día 5: Vuelo de Regreso

Día 1: Viaje en avión y llegada a Playa Honda

Desde Cuenca, cogimos nuestro coche para dirigirnos al aeropuerto de Madrid-Barajas con la amenaza del Coronavirus revoloteando (de momento sólo había casos en Italia). Allí, como casi siempre, dejamos nuestro coche en el parking P1 de la Terminal T1, situado en la propia terminal, recomendable si se va a hacer un viaje de pocos días (no más de 5-7 días) y que ofrece grandes descuentos si se realiza la reserva desde la web de Aena. En el caso de la Terminal 1, se trata de un parking al aire libre en frente de la terminal, el resto de terminales son cerrados.

Como no podía ser de otra manera y gracias a nuestro piloto Cagaprisas una vez más hizo honor a su nombre y nos plantamos en la terminal 4h antes de la salida del vuelo, con lo que pudimos hacerlo todo con bastante tranquilidad…

Respecto al control de seguridad con bebés, una vez intentas entrar al mismo un empleado te dirige al puesto especial para familias y personas con sillas de ruedas, por lo que te evitas bastante gente y colas, y además está decorado con dibujos para los niños. Aunque nosotros no llevábamos leche en polvo, ni agua, ni potitos ni otros alimentos infantiles, éstos pasan por un control aparte y sí se pueden llevar en el avión, te lo dicen los propios empleados del control.

Una vez pasado el control, nos dirigimos a cambiarle el pañal a Leia. Prácticamente en todos los baños del aeropuerto (sino en todos) hay cambiador para bebés en un baño aparte, con lo que también se ahorran bastantes colas. Más tarde, nos enteramos que hay disponible una sala de lactancia y juegos en la terminal, con lo que fuimos a verla para darle de comer a Leia.

Dentro de ella hay un empleado que te toma los datos y la tarjeta de embarque, y dentro de ella hay sala de lactancia, sala con cambiador, sala de cunas y sala de juegos. Es un espacio bastante tranquilo para descansar y darle de comer a tu bebé si lo necesitas, muy recomendable.

Una vez anunciaron la puerta de embarque, nos dirigimos a ella y comenzamos a plegar nuestro carrito y meterlo en las bolsas de transporte y, una vez hecho, nos colocaron las cintas identificativas. El carro lo recogieron nada más entrar al avión.

Dentro del avión, los azafatos nos dieron un cinturón para el bebé que va anexo a tu propio cinturón. Una vez despegado el avión y habiendo jugado un buen rato, estrenamos la cuna hinchable que nos regalaron los resis de Cuenca, y Leia se echó una buena cabezada.

Cagaprisas y Doña Pucheros jugando en el avión

Una vez en el aeropuerto de Lanzarote, no nos devolvieron el carro nada más salir del avión, lo cual fue un poco fastidio, por lo que fuimos a la cinta correspondiente a por él. Nuestra sorpresa (y en parte momento de nervios) fue que salió por la cinta de equipaje especial, no olvidéis chequearla por si las moscas, nunca se sabe, a nosotros nos costó un ratito darnos cuenta y ya andábamos con la mosca detrás de la oreja…

Cuando ya teníamos el carrito en nuestro poder, fuimos a por nuestro coche de alquiler en la empresa Top Car, la cual nos dejaba gratis tanto la silla grupo 0 del bebé como añadir un segundo conductor. La empresa en cuanto al trato de recogida y entrega del coche es recomendable 100%, no tuvimos ni un problema. La silla grupo 0 que entregan es una Maxi-Cosi de las de toda la vida de las más baratas de Hipermercado (o al menos a nuestro entender…).

Leia en su grupo 0 de Top Car

Una vez todos en el coche, pusimos rumbo a Playa Honda, a pocos minutos del aeropuerto de Lanzarote, para ir a nuestro apartamento Ámbar, el cual recomendamos 200%. Tiene dos habitaciones y todo lo que necesitas para estar bien, así como todos los utensilios de cocina necesarios. Al llegar, nos faltaba la cuna para el bebé y el dueño nos la trajo en apenas 15 minutos, muy amable y servicial.

Finalizamos nuestro día en el Centro Comercial Deiland visitando un Hiper Dino, hipermercado canario, para hacer compra de los próximos días en la isla.

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